Las emociones surgieron a través de un proceso evolutivo de cientos de miles de años. Observa este vídeo en el que los monos creen que el muñeco de experimentación es un bebé de su horda que ha fallecido.
Presta atención a sus expresiones emocionales ante la muerte y trata de compararlas con las nuestras.
Para ellos la muerte también implica una pérdida a veces insoportable y si observas hasta el final podrás ver como se consuelan y abrazan entre ellos al igual que hacemos los humanos.
Durante el proceso evolutivo los primates y los seres humanos desarrollamos además un sistema de «neuronas espejo» que nos sirven para establecer la empatía con «el otro» y comprender su estado emocional para actuar en consecuencia con el mismo.
Como toda neurona, las espejo se pueden entrenar y educar porque ellas también poseen neuroplasticidad.
Entender la propia emocionalidad y la de quienes están alrededor nuestro son aspectos clave para el desarrollo de competencias emocionales que nos garanticen una vida más equilibrada, compasiva y feliz con los demás.