Desgraciadamente en gran parte de América Latina, muchos docentes todavía no logran entender que la Educación en instituciones cerradas y endogámicas ha llegado a su fin simplemente porque el entorno global es el contexto de referencia de las nuevas generaciones.
A través de todo el planeta la mayor parte de educadores y empresarios comienzan a ponerse de acuerdo en algo: tenemos que formar a nuestros jóvenes en las competencias clave del contexto global porque esa será la realidad gravitante del siglo XXI en el que la abundancia de la información, la resolución de problemas, las habilidades en comunicación interpersonal, la comprensión de los fenómenos transculturales y las redes sociales centradas en el trabajo y la producción jugarán un rol central.
Vivien Stewart for the Asia Society’s Global Cities Education Network lo plantea claramente:
«A causa de los cambios en el contexto en el que crecen y desarrollan nuestros jóvenes, en la mayor parte del mundo estamos haciendo esfuerzos importantes para orientar las currículas educativas hacia el desarrollo de habilidades y competencias del siglo XXI»
La mayor parte del mundo está preocupada por esta situación y una gran cantidad de organismos nacionales e internacionales están trabajando sobre esto. Pero no ha sido difícil llegar a acuerdos en relación a las competencias que la Educación debe desarrollar en los alumnos de este siglo.
¿Cuáles son esas competencias?
1.- Aprender a aprender: enseñar a buscar, analizar y sacar conclusiones de grandes volúmenes de información es un punto central de la Educación actual. Los profesores muchas veces se sienten abrumados por la cantidad de información que los alumnos le traen sobre un determinado tema pero todavía no entienden que ellos se tienen que centrar en que sus alumnos aprendan a diferenciar lo central de lo accesorio y enseñarles cómo tienen que aprender.
2.- Desarrollar la capacidad de empatía: el desempeño exitoso de una persona cualquiera sea su entorno ya sea personal, social o laboral, depende mucho del desarrollo de la capacidad empática, que sintéticamente es saber ponerse en lugar del otro.
Como sostiene Weezie Siegel, una de las referentes más importantes en Educación a nivel mundial, «ya sea que nuestros alumnos en el futuro se desempeñen en la industria, la salud, el ambiente sustentable, el diseño, el desarrollo de negocios o la tecnología, su éxito dependerá de su capacidad para comprender la mente del otro. Colocarse en su lugar y desde allí abordar la problemática a la que se enfrenta.
3.- Llevar experiencias que permitan desarrollar la creatividad en los alumnos. Si bien muchos docentes estimulan a sus alumnos para ser creativos una gran cantidad de ellos no entienden por qué esto es tan necesario. Esta capacidad es cada vez más importante como parte del proceso de la resolución de problemas con tiempo y recursos limitados para hacerlo.
4.- Analizar prospectivas de futuro. Como sostiene David Bornstein, «inteligencia es la capacidad de predecir el futuro» y los sistemas educativos tienen que enseñar a los alumnos estrategias de análisis e imaginación para llevar su visión más allá del estado actual sobre el análisis de escenarios realistas.
5.- Estar adecuadamente alfabetizado en el uso de la computadora como herramienta estratégica para el trabajo y la comunicación. No solamente para buscar información o hacer informes. Si bien en gran cantidad de países se ha puesto énfasis en programas que insertan la computadora en la Escuela. El gran fracaso de la mayor parte de ellos tiene que ver en que los docentes no logran hacer ver a sus alumnos el potencial enorme que las distintas aplicaciones de software tienen para resolver los problemas a los que se enfrentan. Lo peor de todo, es que tal vez ellos tampoco lo saben.
6.- Seleccionar y jerarquizar la información pertinente a una problemática definida. Si bien esto tiene que ver con el punto de «aprender a aprender», aquí hablamos de algo específico y concreto. La capacidad de seleccionar y categorizar información es un punto clave en el desarrollo de cualquier actividad que hagamos y será cada vez más exigible en los entornos de actividad del siglo XXI.
7.- Desenvolverse en ambientes complejos e interdisciplinarios. Cada vez más los escenarios laborales abordan problemáticas complejas en las que intervienen distintas disciplinas para lograr su resolución. Comprender la visión de una problemática desde esa diversidad de perspectiva es hoy y será más en el futuro una capacidad esencial para el trabajo en equipo y la efectividad profesional.
8.- Ser emprendedor. Durante siglos la Educación preparó a la mayor parte de la gente para ser pasiva. Para un puesto laboral que iba a durar hasta que nos jubiláramos y para recibir órdenes de los jefes. Hoy todo eso ya no existe y un sistema educativo debe preparar a sus alumnos para ser «emprendedores» aún cuando sean empleados. Emprender es llevar adelante la idea, la innovación o la consigna de una cierta labor. Enseñar a emprender es una clave escolar todavía muy ausente en la Educación del siglo XXI.
9.- Ser un facilitador grupal. Cualquier actividad que tenga cierto grado de complejidad requerirá del trabajo grupal. Ser un facilitador grupal implica ser alguien del grupo que ayuda a desplegar la mayor creatividad y colaboración del resto de los integrantes. Ya sea el líder o simplemente un integrante más. Desarrollar esta competencia será vital para el éxito de las personas del siglo XXI que cada vez más deberán interactuar a lo largo de su vida con muchos grupos de trabajo, de proyectos y de desarrollo socio-productivo.
10.- Estar conectado a la realidad: Estar conectado significa saber que sucede a nuestro alrededor y entender que en nuestras interacciones cotidianas dependen no solamente de nuestros propósitos per se, sino también de las situaciones de entorno y el contexto que nos rodea. La toma de decisiones es una de las funciones centrales que marcan el futuro de cada uno de nosotros y es importante que nuestros alumnos aprendan que un factor clave en las decisiones correctas es mirar hacia adelante pero con una visión de trescientos sesenta grados.
11.- Ser responsable con los compromisos adquiridos: Aunque parezca trivial, esta es una competencia clave que el sistema educativo debiera promover en el alumnado desde muy pequeños porque en definitiva el mundo personal, social y laboral transcurre con la adquisición de compromisos que afectan a otras personas y a nosotros mismos.
Ser responsable y cumplir con lo comprometido es una cualidad esencial sobre la que se centra gran parte del bienestar de una persona y por ello las estrategias pedagógicas que estimulan su desarrollo deben ocupar un lugar protagónico en la Educación para el siglo XXI.